Pues si, aquí estamos con un resacón de los que hacen historia, y no es que halla bebido mucho, no; es que los años no perdonan y lo que antes apenas te hacia cosquillas en la cabeza, ahora te deja echa un trapo.
Peeeeero, a pesar de todo estoy muy contenta porque es una resaca fruto de haber pasado una estupenda velada en casa de unos amigos (a los que aprovecho para agradecer de nuevo la invitación), celebrando el cumpleaños de una amiga que además va a ser la madrina de mi hijo Philippe.
La cena fue estupenda y el ambiente aún mejor. Nos reunimos 12+1 adultos y 8 niños.